El papel que juega la familia en la educación es un pilar muy importante de la misma.
Son los padres y las madres quienes gozan de una relación de intimidad única que exclusivamente se da en el seno de la familia y que permite todo tipo de interrelaciones personales: de afecto, ayuda, orientación, soporte, etc, que influyen y modifican los comportamientos de todos sus miembros. Suele decirse que en una familia todos educan y son educados.
Son, asimismo, los padres y madres quienes están en mejores condiciones por su cariño hacia el niño los que pueden conseguir el aumento en autonomía de sus hijos e hijas y, por tanto, la madurez. Con la participación de los padres en el ámbito escolar conseguimos una mayor autoestima de los niños y niñas, un mejor rendimiento escolar, mejores relaciones padres/madres e hijos/hijas, actitudes más positivas de los padres y madres hacia la escuela. Los efectos repercuten incluso en el profesorado, ya que los padres y madres consideran que los más competentes son aquellos que trabajan con la familia.
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